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  • Clinica Pousa

Salud bucodental en la infancia

Las enfermedades bucodentales no solo producen molestias, sino que pueden afectar a la salud de todo el organismo, por eso, mantener una buena salud bucal es muy importante. En la infancia, la enfermedad bucodental más frecuente es la caries, llegando a afectar a hasta un 90% de las niñas y niños, en algún momento. La caries se produce por la acción de una bacteria concreta, el Streptococo mutans. Esta bacteria utiliza los restos de alimentos que quedan en la boca si no los eliminamos tras las comidas con una buena limpieza, y produce sustancias ácidas que destruyen el esmalte de los dientes poco a poco, pudiendo, en casos graves, llegar hasta el nervio que hay debajo.


No todas las personas tienen la misma predisposición a sufrir caries, pero, en cualquier caso, una buena dieta y una buena higiene dental son las mejores formas de proteger a los niños frente a la caries. Cualquier comida con azúcar, especialmente si es húmeda y pegajosa, es un material excelente para las bacterias productoras de caries.


Para conseguir una buena salud bucodental durante la infancia y prevenir la aparición de caries, la patología bucal más frecuente en esta etapa, resulta fundamental que el niño siga una adecuada higiene bucodental desde su nacimiento.

El desarrollo de la cavidad bucal se produce sobre todo en la edad infantil. Así, se pueden distinguir tres periodos distintos:

Desde el nacimiento hasta los 2 años. Tiene lugar la erupción de los dientes temporales, también llamados dientes de leche.

Entre los 2 y los 6 años. Durante esta etapa los niños ya tienen todos los dientes de leche y no se produce ninguna erupción dental.

Entre los 6 y los 12 años. Los niños tienen la llamada dentición mixta, ya que comienza la erupción de los dientes permanentes a la vez que conviven con los dientes temporales.


¿Cuándo pueden los niños empezar a tener caries?

Los niños pueden empezar a tener caries desde que aparece el primer diente, y en ese momento es cuando hay que iniciar la rutina de la higiene dental. Al principio puede ser con una gasa húmeda, masajeando bien encías y los pocos dientes que haya, al menos una vez al día, pero preferiblemente dos. Una vez que vayan apareciendo más dientes se puede usar un dedal para bebés y empezar a aplicar un poco de pasta dentífrica con 1.000 ppm de flúor. Esta pequeña cantidad de flúor hace que el esmalte dental sea más resistente al ataque de los ácidos y puede disminuir el riesgo de caries a la mitad.


La lactancia materna, dure el tiempo que dure, no provoca caries. La leche no tiene glucosa, sino lactosa, que las bacterias de la boca no pueden utilizar. Además, también tiene sustancias protectoras frente a la caries. Lo que sí puede aumentar el riesgo de caries es dejar a los bebés que se queden dormidos con el biberón en la boca.



Cepillarse los dientes

Según su grado de desarrollo y de independencia, entre los 2-3 años los niños pueden empezar a cepillarse los dientes ellos solos, bajo la supervisión de un adulto. Es bueno que lo hagan al mismo tiempo que alguno de los cuidadores, para que puedan aprender bien la técnica por imitación. También a partir de los 3-4 años pueden empezar a usar hilo o seda dental y limpiadores o raspadores de la lengua.

También es recomendable que, a partir del primer cumpleaños, todos los niños y niñas empiecen a visitar a su odontopediatra cada seis meses.



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